La historia de un hombre (2)

La historia de un hombre y un tren.
Érase una vez, un hombre que antes de subir a cualquier tren se quitaba el zapato izquierdo con la certeza de que si entraba con el pie derecho protegido y el izquierdo desprotegido nada podría pasarle en ese corto trayecto de su casa a la casa de su mujer.
Una vez entraba al vagón se volvía a colocar el zapato izquierdo y así sucesivamente durante 40 años.
Hasta que un día, después de 40 años, alguien que iba en el mismo vagón a la misma hora todos los días, se dignó a preguntarle por qué se quitaba el zapato izquierdo.
¡El anciano contestó que después de 40 años alguien le preguntaba lo más obvio del mundo!
"Proteger lo que no debe protegerse desprotege lo que debe protegerse"
Esa frase confundió mucho más al pobre muchacho al que no le quedaban más de 10 minutos de trayecto con el anciano y con el que existía la posibilidad de no darle la respuesta en ese mismo instante.
"La vida en su esencia es muy larga, nos pasamos la vida convenciéndonos de que es corta para acortar los momentos que vivimos.
Un minuto contiene 60 segundos y puedes reír en 3 segundos, llorar en 8 y vivir en 50 segundos.
¡Vivimos en un engaño a nosotros mismos constante y por ello deberíamos ser castigados!
Sé que te estoy haciendo perder el tiempo muchacho, pero el zapato izquierdo solo representa la parte de la vida que no queremos ver, esa parte que desprotegemos con el miedo a darnos cuenta de que es real y que siempre está presente y que por mucho que hagamos de ojos ciegos con ella, no desaparecerá.
¡Se me hace tarde! ¡A Rosa no le gusta que le deje flores en su casa después de mediodía porque no pueden alimentarse con el sol mañanero!"