SOMOS

A veces, necesitas perderte para poder encontrarte.
A veces, necesitas sufrir para poder ser feliz.
A veces, necesitas el desastre para conseguir la calma.
Solo a veces. No siempre.
¿Y quién soy yo para hablarte de la vida?
¿Acaso soy digna de hablar de algo que desconozco y que no entiendo?
¿Acaso un árbol recién nacido puede hablar de frutos cuando nunca los ha tenido?
Y quién soy yo salvo una mujer que recién sale de la cuna de la vida acomodada para ver la vida real.
Y no te confundas.
No me estoy subestimando.
Pero uno debe saber cuando es digno y cuando no. Y cómo serlo para poder hablar con total libertad, sin miedo a que todos juzguen tus palabras en base la poca experiencia que te rodea.
Y tal vez sí que sepa quien soy.
Soy el bostezo cuando tienes sueño.
Soy el viento que golpea tu rostro con ganas de jugar.
Soy el mar que empuja y arrastra olas para que las conozcas.
Soy la fina arena que se mete entre los dedos de tus pies en busca de cobijo.
Soy el recuerdo que abarca tu mente cuando sonríes de la nada mirando al todo.
Soy todo eso y más.
Soy vida.
Y porque sigo diciendo "soy"?
Somos, vida.
Somos las nubes que han visto mar y tierra. Somos ellas, que han viajado tanto que lloran cada vez que ven algo desagradable.
Somos nubes, porque como tales, somos tan bondadosas que cuando vemos algo horrible, tapamos el sol para que no vea esos sucesos y lloramos de angustia.
Protegemos lo que nos da vida.
Sin embargo, hemos perdido el rumbo. Hemos priorizado la comodidad en vez de la calidad. Hemos priorizado cinco efímeros segundos de comodidad por cinco millones de años de calidad, de naturaleza.
Hemos renunciado a que los árboles sigan susurrándonos los secretos de los amantes escondidos.
De que los ríos, nos traigan las ansias del baile.
Hemos renunciado a la gloria de una guerra ganada por ganar una sola batalla en una gran guerra.
Hemos olvidado lo bien que se siente estar bien.
Hemos olvidado lo bien que se siente que todo esté bien.
Hemos olvidado tantas cosas buenas que las malas se han adueñado de las buenas.
Somos... somos todo lo bueno dentro de lo malo.
Somos todo y a la vez somos nada.
Somos dependientes y también independientes.
Somos, somos, somos, somos...